- Suelos laminados
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- Tags: suelos laminados, resistencia a la abrasión, clases de uso
CLASIFICACIÓN DE LOS SUELOS LAMINADOS
Os explicamos que significa el etiquetado y qué debemos tener en cuenta según el uso o lugar donde se instale.
A la hora de elegir un pavimento laminado siempre encontraremos dos pictogramas, uno que empieza por AC y otro que se refiere a la clase de uso (este último lo encontraréis también en otros pavimentos como el SPC).
La resistencia a la abrasión
El AC se refiere exclusivamente a los criterios de abrasión, según la norma EN 13329. Esta clasificación se establece realizando la prueba de Taber, en la que una máquina hace frotados con un rodillo con lija hasta que la capa superficial queda desgastada. El numero de vueltas que da este rodillo determina el resultado.
AC1 (más de 900 vueltas).
AC2 (más de 1.800 vueltas)
AC3 (más de 2.500 vueltas)
AC4 (más de 4.000 vueltas)
AC5 (más de 6.500 vueltas)
AC6 (más de 8.500 vueltas)
En este vídeo de Finfloor podréis ver como se realiza esta prueba.
Pero esta etiqueta no es la única a tener en cuenta, ya que solo es un pequeño aspecto del pavimento. Para valorar si un suelo es apto para un determinado uso o aplicación, es necesario considerar su Clase de Uso (norma EN685)
Para conseguir esta importante clasificación se deben superar una serie de ensayos: resistencia a la abrasión, al impacto, al manchado, a las quemadura de cigarro, al arrastre de las patas de mueble y a la hinchazón del tablero en ambientes húmedos.
En el próximo post os hablaremos en exclusiva de cómo se realiza el test de resistencia al impacto, que como veis, es otro de los más importantes a la hora de dar el resultado de la clase de uso. Por ejemplo, para obtener clase 33 se debe obtener resultados de abrasión AC5 y de impacto IC3.
En definitiva, tiene más importancia fijarse en la clase de uso de un pavimento, y no tanto en su clasificación AC, ya que ésta última solo determina la resistencia a la abrasión.
En esta tabla se pueden ver que valores se deben superar para determinar el resultado final:
Las de uso doméstico comienzan por 2 y las de uso comercial comienzan por 3
Uso doméstico exclusivo:
Clase 21 – Uso doméstico moderado.
Clase 22 – Uso doméstico general.
Clase 23 – Uso doméstico intenso.
Uso doméstico / comercial:
Clase 31 – Uso doméstico intensivo – comercial moderado.
Clase 32 – Uso doméstico intensivo – comercial normal.
Clase 33 – Uso doméstico intensivo – comercial intensivo.
Clase 34 – Uso doméstico intensivo – industrial moderado.
Otra de las características que es de suma importancia a la hora de tomar está decisión es el grosor de las tablas, que actualmente se fabrican desde 7 hasta 12 mm. Esto, junto a la calidad del sustrato base utilizado en su fabricación, influirá directamente en la aparición de problemas de humedades, deformaciones, etc. Cuanto más grosor tenga, tendrá un clic más duradero y un mejor comportamiento acústico.
Hoy en día hay muchas marcas que ya ofrecen suelos laminados AC6 como Finfloor, Flint, Zenku o Faus. Un AC3 o AC4 ya es más que suficiente para una vivienda, y una clasificación de clase 33, ya será suficiente para un uso comercial. La gran diferencia radica, sobre todo, en que ofrecen tableros con una alta resistencia al agua, por lo que si ésta es tu principal preocupación, deberías fijarte ante todo en este aspecto.
AC4 / Clase 32 / 8mm
Vivienda con Quick Step Classic Roble Natural Medianoche. Proyecto de Prime Floors.
AC6 / Clase 33 / 10mm
Vivienda particular con Finfloor Xl Roble Eyre Vainilla. Proyecto de Forneas Guida. Fotografía de Judith Casas.
AC6 / Clase 34 / 5,4mm
Reforma del Hotel Occidental Barcelona con Flint Hi Floor 214 Canelle Oak.